recuperación y puesta en valor de orcadas

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Expedición arqueológica y museológica a las Islas Orcadas del Sur

Este relevamiento constituyó el primer paso de una propuesta museológica de conservación y revalorización de ambas construcciones, Lic. Verónica Aldazabal y Lic. Pablo Pereyra

Entre los años 2000 y 2004 se llevó a cabo un proyecto de recuperación del patrimonio histórico en la base Orcadas, ubicado en la isla Laurie, archipiélago de las Orcadas del sur. La base se encuentra en el istmo formado entre las caletas Uruguay al norte –denominada de esta manera en homenaje al primer buque argentino que fondeó en sus aguas (corbeta Uruguay 1904)– y la caleta Scotia al sur, nombre del buque de la expedición escocesa (1903) dirigida por el Dr. Bruce (Aldazabal y Pereyra 2001-2004).
Nuestro objetivo fue rescatar lo que quedaba del refugio “Omond House”, construido como apoyo para las mediciones en tierra por la expedición escocesa del Dr. Bruce en 1903 y utilizado como habitación y laboratorio por la Primera Comisión en Islas, dependiente de Argentina, en 1904 y de la “Casa Moneta”, una cabaña de madera, transportada desde Buenos Aires por la corbeta “Uruguay” en 1905. Se constituyó en casa habitación y observatorio, albergando a las expediciones posteriores hasta 1945. Su nombre recuerda a uno de los expedicionarios que realizó cuatro invernadas en ella en 1923, 1925, 1927 y 1929. A pesar del paso del tiempo y sus múltiples usos y modificaciones, mantiene las características originales, de construcción y distribución.
Se desarrolló una propuesta de conservación y revalorización de ambas construcciones, testimonio de cien años de trabajo científico continuo por parte de la Argentina en el lugar.
La conservación del patrimonio histórico en la Antártida está reglamentada dentro del Tratado Antártico y contemplada a través de un listado de sitios y monumentos históricos que fue redactado en la Reunión Consultiva de Wellington, Nueva Zelanda, en 1972.

El rescate arqueológico:

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La “casa Omond” está situada a unos 30 m de la orilla del mar, al pie de los cerros. Consistía en una estructura de madera y lona protegida con piedras en el exterior de 1,5 m de espesor. La entrada miraba al SO. Al levantar una cortina de lona, se tenía acceso a un reducido zaguán, con una puerta que daba a la única y pequeña habitación que formaba la casa-laboratorio. Una ventana mirando al Norte y otra similar mirando al Sudeste permitían el paso de la luz hacia el interior de la casa. Al frente de ella, estaba el almacén de víveres y allí también se había armado el depósito de envases y de útiles para las colecciones de Historia Natural. La casa, construida en marzo de 1903, como un refugio temporario por los expedicionarios escoceses para realizar las tareas científicas en tierra, fue reutilizada por el primer grupo argentino debido a la premura con que se resolvió la compra-venta de las instalaciones y el consiguiente relevo del personal.
Según los escritos de Luciano Valette (1906), el refugio fue reforzado a su llegada con una cubierta de tablas de madera de una pulgada y se construyó un nuevo cobertizo de madera para los víveres, pero una fuerte marejada desmoronó parte del depósito, cayéndose el techo y arrebatando varios cajones de víveres e inundando el interior de la casa habitación. Debieron, entonces, sacrificar uno de los trineos para obtener tirantes y clavos largos para reconstruirlo. Son pocas las imágenes que se tienen del refugio para realizar una reconstrucción fiel de su aspecto original.
La construcción, abandonada en 1905, se constituyó en años posteriores en depósito de basura o quema, en algunas ocasiones, y sus materiales también fueron extraídos para ser utilizados en otros edificios, como por ejemplo según relata Moneta (1948), en el año 1927, sirvió para obtener el material destinado a los cimientos de la estación radiotelegráfica que se inauguró en esa época.
De la construcción de piedras, de forma cuadrangular, sólo quedan tramos de paredes de alturas distintas. En el interior, aún se conserva el piso, formado por paneles de madera, a cuyos costados todavía se observan los puntales sobre los que estaba clavada la lona de las paredes.
A un costado de esta construcción, sobre el lado norte, se encuentra adosado un espacio de forma semi rectangular, delimitado por una pequeña pared de piedras que no supera los 0,60 m de altura. Allí, se pudo observar una acumulación de sedimento de origen antrópico, de coloración oscura, así como numerosos restos de maderas, donde se realizó la excavación arqueológica.
Contra la pared noroeste de la casa/habitación, una vez retirada la nieve, se encontró una concentración de carbón de piedra, que cubría una superficie aproximada de 2 x 5m.

Registro planimétrico

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El relevamiento efectuado y los restos materiales recuperados, tanto en superficie como en excavación, permitieron delimitar el sector utilizado como carbonera, así como la localización de algunos de los cajones que conformaban el depósito de los víveres y también parte de las muestras biológicas recolectadas por Valette, determinar algunas de las actividades cotidianas y las condiciones de vida en que las realizaban, tanto los integrantes de la expedición escocesa como los del primer grupo de invernada argentino.

Entre los objetos extraídos de en medio de los cajones, encontramos parte de los utilizados para la alimentación, como por ejemplo bases de latas de conserva, restos de paquetes y de cajas de cartón o papel madera, con referencias a vegetales secos, leche condensada sin azúcar, guisantes, y también acopio de recursos locales, en especial huevos y carne de pingüino.

Además se encontraron cajas con rótulos de madera, frascos, restos de pingüino con piel y plumaje, aves y huevos con embrión, que, probablemente formaron parte de la colección que se había estado integrando.
Dentro de los objetos de uso cotidiano, encontramos vidrios, fragmentos de botellas de vino, botellones o damajuanas y frascos de cuerpo plano y curvo; tapones, hechos en corcho y madera, y también fragmentos de gres, de porrones de ginebra o cerveza, y una base, probablemente de un botellón de whisky.
Entre los tejidos, se recuperaron fragmentos de las lonas que cubrían tanto la casa habitación como el depósito y también partes de bolsas de embalaje y de cortinas. Del mismo modo, se encontraron trozos de sogas y cuerdas de fibra vegetal con diversos trenzados, dobles y triples, gran variedad de menas y las extremidades de una hamaca de lona unida a las argollas de hierro mediante sogas trenzadas.

Con la expedición de relevo, en enero de 1905 se envió una nueva casa habitación de madera “construida a propósito para abrigo contra el gran frío, contando ella con paredes dobles, forrada con ruberoid y un relleno de aserrín entre éstas. Contiene dormitorios independientes, cómodamente amueblados para cada uno de los miembros de la Comisión, un comedor dispuesto para servir a la vez como sala de trabajo y una cocina amplia con alacena y depósito” (Davis, 1914). Construcción que fue denominada posteriormente como Casa Moneta. También se remitieron pabellones de madera especialmente construidos tanto para los variómetros magnéticos como para las determinaciones absolutas de los elementos magnéticos.

Protección de los restos:

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En función de la propuesta museológica a desarrollar, se decidió excavar el sitio en su totalidad pero dejando algunos objetos, restos de embalajes (cajones y bolsas) así como concentraciones de carbón "in situ". Algunos sectores de excavación se dejaron en las condiciones actuales de hallazgo, con los materiales culturales en su lugar de depositación, a fin de mostrar los procesos de formación del conjunto y las actividades realizadas en cada uno de ellos a partir de los restos materiales existentes: habitación, depósito de víveres, carbonera. Para ello fueron registrados fotográficamente y en un plano a escala y se resolvió volverlos a tapar con el sedimento retirado del mismo sitio, para asegurar su conservación.
Los materiales extraídos fueron en parte expuestos dentro de una de las salas de la casa Moneta y en parte clasificados y ordenados en un depósito a fin de permitir su conservación y no modificar sustancialmente las condiciones ambientales.
En el lugar, se proyectó una pasarela de metal desplegado, para evitar el pisoteo por parte de turistas. Desde la pasarela se puede observar, en el sector habitación, el piso original de madera, confeccionado con tapas de bodegas del buque Scotia; el sector de depósito de víveres, único lugar en la base donde hay sedimento de origen antrópico con algunos restos culturales dejados intencionalmente in situ, y la acumulación de bolsas de carbón en el sector de carbonera. 
Como apoyo informativo se realizaron paneles en chapa galvanizada pintada, manteniendo el patrón utilizado en toda la base, que indican la función de cada espacio con un plano del lugar y vista esquemática del conjunto.

Lecturas sugeridas:

Acuña, Hugo, 1982 [1904], Diario del estafeta. Pionero de la soberanía argentina en la antártica. Centro de Documentación Patagónica. Departamento de Humanidades. UNS.
Davis,G., 1914. Historia y Organización del Servicio Meteorológico Argentino. Ministerio de Agricultura, Servicio Meteorológico Argentino. 
Valette, Luciano, 1906, Viaje a las Orcadas Australes. Boletín del Ministerio de Agricultura, Argentina. 
Moneta, José, 1948. Cuatro años en Orcadas. Editorial Peuser.
Vairo, Carlos Pedro; Capdevila, Ricardo; Aldazaba,l Verónica; Pereyra, Pablo. Antártida, Patrimonio Cultural de la Argentina. Museos, sitios y refugios históricos de la Argentina