OPERACION "CRUZ DEL SUR"

 
 

RESCATE DE UNA NAVE ATRAPADA EN LOS HIELOS EN LA ANTARTIDA junio 2002

Irizarproa.jpg

El rompehielos argentino "Almirante Irízar" zarpó desde la Dársena Norte del puerto de Buenos Aires para iniciar una misión calificada de "alto riesgo": rescatar al buque alemán Magdalena Oldendorff y a sus 107 tripulantes y científicos rusos, que quedó atrapado entre los imponentes bloques de hielo de la Antártida.

IrizarHielos.jpg

El buque de la Armada, de 119,3 metros de eslora y una manga de 25 metros,(ver características generales) es capaz de abrirse paso en masas de hielo de siete metros de espesor. Con casi 176 tripulantes que incluyen meteorólogos, expertos en glaciares, un cuerpo médico y un equipo del Ejército, recorrió aproximadamente 8.000 kilómetros. La primera parada, fue en Bahía Blanca. Allí se aprovisionó del resto de los alimentos, medicamentos y combustibles.

Además, se unieron al rescate dos helicópteros Sea King que, facilitaron el acceso al buque alemán "Magdalena Olendorff", de bandera liberiana, para intentar rescatar a 71 científicos rusos y 36 tripulantes alemanes, indios, filipinos y moldavos.

La misión se consideró de "alto riesgo y complejidad" porque no era época para ir a la Antártida por las inclemencias del tiempo (en ese momento se registraban entre 16 y 20 grados bajo cero y disminuyendo hasta unos 50 grados bajo cero y vientos de casi 70 kilómetros por hora). La zona presentaba una gran inestabilidad climática y mucha nubosidad, fuertes oleajes, y falta casi absoluta de luz solar. Se estimó el arribo a la zona para el 8 de julio, dependiendo de las condiciones "glaciometeorológicas". 

La situación en la Antártida en julio es complicada. Es época de "crecimiento de hielo marino, aumenta el espesor de hielo hacia abajo y se produce una fuerte compactación", detalló el experto de la Armada, Manuel Picasso.

Recién, a partir del 20 de julio habrá una hora de luz solar por día más dos horas y media de crepúsculo. La luminosidad irá aumentando progresivamente y recién el 15 de agosto habrá unas seis horas diarias de luz solar. Esto dificulta las tareas de rescate e impide a los meteorólogos tener información exacta del clima ya que los satélites casi no transmiten en estos meses de oscuridad.
De hecho, no hay antecedentes de un viaje a esas latitudes en pleno invierno.

Esta vez, para poder concretar el rescate, según informó el capitán de navío Raúl Benmuyán, la empresa alemana dueña de la embarcación realizó negociaciones con la Armada Argentina para solicitar la ayuda del Irízar. Finalmente, se llegó a un acuerdo, sin costo para el Estado argentino. "Los alemanes pagarán el gasto inicial, estimado en un millón de dólares, y a eso se sumará a la erogación que se haga por cada uno de los días que deban permanecer en el lugar".

El barco alemán, fue alquilado por un instituto ruso de investigación y empezó su recorrido el 12 de abril cuando partió desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, hacia la Antártida, con provisiones calculadas hasta principios de julio y combustible por unos dos meses más. El 11 de junio cuando regresaba de una misión científica en la base antártica rusa Novolazarevskaya, en el borde antártico, a 3.000 kilómetros en dirección a Africa del Sur hizo un llamado de auxilio cuando sus tripulantes descubrieron que se encontraban atrapados en una masa de hielo de 92 Km de ancho. Sus sistemas de comunicación también están dañados y sólo podían hablar con una base rusa. Al parecer, la tripulación comenzó a sentir el frío polar y empezaron a racionar los víveres y el combustible, por temor a que se extienda el bloqueo.

En la tarea de auxilio, el Irízar contó con la ayuda del barco sudafricano "Agulhas", que partió también hacia la Antártida. La portavoz del Ministerio de Medioambiente y Turismo de Sudáfrica, Phindile Makwakwa, afirmó que el barco avanzaba a once nudos (unos cuarenta kilómetros por hora) y que la temperatura del agua era de un grado bajo cero. Según la Armada Argentina, otros 12 barcos estaban también en camino.

mmsub9F.jpg

El rompehielos argentino es único en su tipo en Sudamérica. Realizó 27 campañas a la Antártida, incluida una en enero de 1989 cuando alcanzó una latitud austral nunca navegada en el mar de Weddell (78° 21'').

El Irízar llevó dos helicópteros Sea King, porque se estimó que seria difícil el acercamiento hasta el "Magdalena Olendorff", ya que la barrera de hielo era demasiado grande como para removerla. 
Pese a todo, el Irízar llegó a la Antártida con provisiones suficientes hasta octubre.

No podemos asegurar nada, ni siquiera sabemos cuándo vamos a poder acercarnos al Oldendorff. Hay riesgo de que nosotros mismos quedemos atrapados", dijo Benmuyán a horas de partir.

De todas maneras, la modalidad de la misión se definió cuando el Irízar estuvo cerca del lugar. Se transportaron alimentos en los helicópteros y, trasladaron a los científicos al rompehielos. Se navegó hasta la menor distancia posible -siempre que los bloques de hielo no superen los siete metros de espesor-, para remolcar el buque hasta la zona de aguas despejadas.

La campaña se calculó demandaría dos meses: unos 10 días de navegación entre Buenos Aires y las costas antárticas de la Princesa Astrid (aguas abiertas más cercanas al buque); otros cinco días -si el hielo lo permitía- para navegar 52 kilómetros, más el tiempo que demandó el auxilio o remolque del buque alemán.

REGRESO / EGRESO

mmsub9G.jpg

Jueves 8 de agosto del 2002.
El rompehielos "Almirante Irízar" superó un extenso campo de hielos, por lo que navegó normalmente rumbo al puerto de Buenos Aires.

IrizarBsAs.jpg

Domingo 18 de agosto del 2002
El Irízar regresó tras su misión en la Antártida, después de haber zarpado el 25 de junio.

Más de 200 embarcaciones recibieron al rompehielos "Almirante Irízar" cuando ingresó a la Dársena norte del Puerto de Buenos Aires.

El almirante Irízar, durante la operación denominada Cruz del Sur, iniciada el pasado 25 de junio por pedido de la empresa naviera alemana dueña del buque varado en los hielos antárticos, logró abastecer con combustible y víveres al Oldendorff.

La embarcación argentina estuvo al mando del capitán de fragata Jorge Luis Tavecchia y contó con una tripulación de 176 personas, entre la que se incluyó sólo una mujer, una experta en glaciología. Compusieron entre otros la flota el comandante de la Fuerza Naval Antártica, capitán de navío Raúl Benmuyal, y un representante del astillero del buque alemán.

El Almirante Irízar, diseñado en Finlandia, debió cruzar más de 1.000 kilómetros de hielo para salir de la masa helada, regresando a Buenos Aires tras 54 días de navegación, con sus 176 tripulantes.

exposicion.jpg

Además del gran recibimiento con bandas de música y autoridades civiles y militares, en el muelle se montó la exposición "Argentina, cien años en la Antártida", con la participación de la Dirección Nacional del Antártico, Museo de Ciencias Naturales, Ejército Argentino, Fuerza Aérea Argentina, Armada Argentina, Servicio de Hidrografía Naval, Buque Patagonia Ice Lady, Museo Marítimo de Ushuaia y Secretaría de Turismo de la Nación entre otros.

Hace casi cien años, exactamente en 1903, el teniente de navío Julián Irízar, al mando de la corbeta argentina Uruguay, rescató de entre los hielos a un barco sueco. Después de esa hazaña, se bautizó al rompehielos en honor al teniente. Quizás sea una buena señal para los tripulantes del barco varado .

IrizarUruguay.jpg

De regreso de su campaña a la Antártida, en 1997, el rompehielos ARA Almirante Irizar, realizó una escala en Isla de los Estados y participó en la recuperación de los restos de Faro del Fin del Mundo, cuya réplica se encuentra en el Museo Marítimo de Ushuaia.

En enero del año 2002, el ROMPEHIELOS A.R.A. "ALMIRANTE IRIZAR" respondió al llamado de INMARSAT del buque de pasajeros CLIPPER ADVENTURER , el cual pedía asistencia marítima ya que se encontraba atrapado entre hielos. Este barco de bandera de Bahamas, había zarpado de Ushuaia con 105 pasajeros y 71 tripulantes. Consecutivo al llamado, el Rompehielos se destacó a la zona, rescatándolo y remolcándolo hasta encontrarse con aguas abiertas al noroeste del punto del siniestro.