Presos famosos

Del Presidio para delincuentes reincidentes de alta peligrosidad de Ushuaia.

 
 
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Mateo banks, alias "el mìstístico"

También conocido como el primer multi-homicida fue célebre en su época. Lamentablemente ahora no llamaría la atención. De familia de origen irlandés, nació el 18 de noviembre de 1872, en la provincia de Buenos Aires. Su familia compuesta por cuatro hermanos era dueña de dos estancias: "El Trébol" y "La Buena Suerte", en la localidad de París, Azul, provincia de Buenos Aires. Fue acusado de matar a ocho personas en Azul. Ellos eran: tres hermanos, su cuñada, dos sobrinas y dos peones; con la intención de apoderarse de las dos estancias de la familia. El se declaró inocente y entrevistado varias veces en la cárcel insistió con su versión...

 
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cayetano santos godino, "el petiso orejudo", preso num. 90

Durante 1912 Buenos Aires vivió una época de terror, a raíz de una serie de asesinatos o intentos de asesinato de menores. Ese año, en enero, el niño Arturo Laurora, fue encontrado muerto, asesinado en una casa abandonada de la calle Pavón 1541. El 7 de marzo, frente a un local ubicado en Entre Ríos 322, un individuo prende fuego al vestido que llevaba puesto la menor Benita Vainicoff, poco después la niña muere a causa de las quemaduras. El 8 de noviembre un intento de asesinato es frustrado: el niño Carmelo Russo es encontrado atado y semi asfixiado por un cordón que le envuelve el cuello. En esa oportunidad hay un detenido que pronto es liberado por falta de mérito. Finalmente, el 3 de diciembre, siempre del mismo año, es secuestrado y asesinado en una quinta de la calle Moreno, el menor Gerardo Giordano de 3 años. Pero esa madrugada el temor habría de finalizar cuando, en la casa de la calle Urquiza 1970, es detenido un menor de 16 años, Cayetano Santos Godino....

Los crímenes de Santos Godino en Ushuaia

Basándonos en un expediente facilitado por el Museo Penitenciario, se pueden encontrar algunos detalles de la vida de Godino en la cárcel. Son informes realizados en 1935, en ocasión de la primera solicitud de libertad condicional y en 1938 cuando se presenta un nuevo pedido en el mismo sentido. Luego de una breve estadía en la Penitenciaría Nacional, fue trasladado a la cárcel de Tierra del Fuego, donde transcurrió el resto de su condena sin plazo. Allí su conducta fue mejorando gradualmente hasta llegar a ejemplar (1938). Igualmente recibió en forma aislada y con intervalos que se prolongaban por más de un año, varias sanciones disciplinarias por faltas que no revestían gravedad.

 
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Simón Radowitzky o Radovitsky. Penado N° 155

Joven anarquista de origen ruso. Se hizo famoso con el asesinato del Comisario Falcón, Jefe de la Policía, y su secretario, con una bomba arrojada dentro de su coche. Es así como la condena pasa a ser de "penitenciaría por tiempo indeterminado con reclusión en su celda a pan y agua durante 20 días por año al acercarse la fecha de la muerte del comisario". Pasará 21 años en la cárcel, de los cuales 10 serán en calabozo aislado y 19 de esos años en el Presidio de Ushuaia.

 
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SANTIAGO VACA

El último preso sobreviviente que volvió de visita al Ex-presidio

En marzo del 2004, a los 89 años, visitó después de 63 años el Ex- Presidio, donde compartió con personajes siniestros como Santos Godino ("El Petiso Orejudo") una condena de 5 años por haberle disparado un balazo a un cabo en el Ejército.


El recuerdo del traje a rayas amarillo y negro y de las jornadas agotadoras aún sigue vivo en la memoria y -dice- "no quiero morirme sin recorrer las celdas y los pasillos que tanto sufrimiento me trajeron cuando apenas era un muchacho de 20 años". Los ojos se le humedecen, la voz le tiembla pero no deja de mirar el cieloraso de la celda, como tratando de encontrar los fantasmas de ayer. "Era apenas un chiquilín cuando cumplía el servicio militar allá en Campo Los Andes, en la provincia de Mendoza"--cuenta-. Apenas faltaba cuatro meses para que me dieran la baja. El cabo Robles era un soberbio, mal educado y prepotente. Un día discutimos por una orden que yo consideraba injusta. El resultado de esa discusión fue que tomé un arma y disparé. Felizmente no lo maté, hubiese cargado con ese crimen toda mi vida". Lo juzgó un Concejo de Guerra y lo sentenció a cinco años de prisión en la cárcel mas tenebrosa de la Argentina de entonces: este presidio para delincuentes reincidentes de alta peligrosidad. Aquí, Vaca, que había nacido en Salta y, según cuenta su hija, "era un inocente changuito", debió compartir sus días con gente de avería.

Un barco de la Armada lo trajo a Ushuaia. Santiago recuerda cuando el buque se alejaba. Miró hacia la bahía y dijo: "Señor de los Milagros, no te olvides que aquí va un salteño que tiene que volver". "Me asignaron un número, el 21, me dieron la ropa a rayas amarillas y negras de presidiario. Todavía siento en mis oídos el ruido del cerrojo cuando cerraron la puerta de la celda. Esa noche no dormí. Sólo caminaba y lloraba recordando a mi madre, que imaginaba sufriendo como yo. Santiago, alto, delgado y canoso, camina en su celda de la misma manera que lo hizo hace 60 años. Sacude la cabeza como negando lo vivido hace tanto tiempo. Se le acerca un matrimonio uruguayo que con un grupo hace la excursión al presidio. No pueden creer que están frente a un ex presidiario. Ambos lo miran como si fuera de otro planeta. Santiago siente un poco de vergüenza y se retira del grupo sin decir palabra. El día de un presidiario de aquella época era muy largo. En invierno se levantaban a las 7, vaciaban el "Sambuyo" (recipiente donde hacían sus necesidades) y luego hacían el desayuno. Su primer oficio fue el de alambrador: reparaba y alambraba el cerco del presidio. Luego fue soldador y, por último, ayudante de maquinista. Los presos comían en sus celdas, nunca en grupos. El único entretenimiento era, dos veces al año, llevar cada uno su banquito de madera y sentarse en la puerta del edificio a mirar hacia la montaña o la bahía. "Desde el primer momento que entré a la cárcel sentí la necesidad de escapar. Sólo tenía que esperar la oportunidad. Esa oportunidad llegó un año después. A mí y a un grupo nos mandaron a cortar leña al monte. Ante un descuido de los guardianes, con Cáceres, el compañero de pabellón con que habíamos planificado la fuga, ganamos el monte y escapamos. Queríamos llegar a la frontera con Chile. A los seis días encontramos a un indio que iba al pueblo, según él, a buscar vicios. Le pedimos que no contara a nadie que nos había visto, y nos mostró un camino para llegar a la frontera. Al otro día nos atraparon con perros. El indio nos había vendido". Para Carlos Vairo, director del Museo Marítimo, la de Vaca es una visita para mantener vivo el recuerdo y se enmarca en el programa "Encuentros con a Memoria", un programa de la UNESCO. "No queremos resaltar la figura de un ex presidiario. Sólo buscamos mantener viva la memoria de aquellos hechos importantes de nuestra historia", afirma el investigador.


Texto extraido del diario Clarin, martes 23 de marzo de 2004 Año VIII N° 2912
por Wilmar Caballero

 
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PRESOS POLITICOS

A Ushuaia también fueron enviados presos políticos y sociales. Esto sucedió en 1905, 1911 y sobre todo en la década del 30, después del golpe militar. Pero tanto las circunstancias como la vida que desarrollaban en la "cárcel" era muy particular.

Para reflejar veremos algunos casos.

El diputado radical Néstor Aparicio, después de la revolución del 6 de septiembre de 1930, que derrocó a Hipólito Irigoyen, viaja a Montevideo, alli estuvo tres meses. En una entrevista que le hizo el diario "El Nacional" acusó al gobierno de facto de defender los intereses petroleros norteamericanos.
A los pocos días de regresar de su pueblo natal, Dolores, donde planeaba retomar su profesión de abogado, fue detenido y llevado a la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires. El motivo fue la acusación que el diputado había formulado en el reportaje en Montevideo. Permaneció cinco meses hasta que en abril de 1931, fue llevado, en el vapor Chaco, a Ushuaia de donde se fuga en agosto y se destierra en Chile. Regresa al país en marzo de 1932. No se reincorporó a la política. Su experiencia la contará en su libro "Los prisioneros del Chaco y la evasión de Ushuaia" (1934).

Pero no era el único preso político. El 7 de marzo de 1931 fueron embarcados en el transporte "Chaco", junto a Néstor Aparicio, Pedro Bidegain, Benavídez, Carlos Montes, Mario Cima y el Dr. Emir Mercader, un médico que dejó muy buenos recuerdos entre los pobladores, por su sabiduría y humanidad, atendía a los pobladores sin cobrarles.
A los presos políticos los embarcaron en camarotes bajo amenaza de que existía orden de disparar sobre ellos "apenas asomaran las cabezas del camarote". En las bodegas iban algunos penados con grilletes...